El mensaje es claro: en medio de nuestra rutina diaria, a menudo no pensamos en lo que hacemos.
Reconozcámoslo. Pensar es un trabajo arduo.
Necesitamos estímulos que nos hagan pensar.
Por eso necesitamos políticos y gobernantes que nos estimulen a pensar.
Cuando aparentemente todo en nuestro alrededor y en nosotros mismos ha ido bien nos hesmos relajado. Ha sido tan fácil que otro piense por nosotros..., que la gran tentación ha sido dejar de pensar.
Y aún permanecemos en esa distracción: En lugar de que nuestra mente participe, seguimos con las rutinas conocidas y predecibles. En vez de pensar, nos conformamos con decir y hacer lo que siempre hemos hecho.
Los tiempos han cambiado, y posiblemente todos en España nos hemos visto afectados por la crisis. Y lo que pedimos, de forma particular a los políticos, es que no mientan.
No necesitamos políticos que mientan en todas las formas de mentira que existen: ocultando la realidad, ocultando sus ideas o diciendo unas cosas y haciendo otras.
Aunque no estemos de acuerdo con sus opiniones, al menos la opinión nos estimula a pensar.
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