Pero el ciudadano y la ciudadana piensa mayoritariamente que ahí no hay posibilidad ni convenio que valga. En ese ámbito sólo existen muchas necesidades particulares y escasas oportunidades de empleo.
Porque todos sabemos que, cuanto más flexibles sean los derechos de los trabajadores y trabajadoras, mayores serán las oportunidades de que el empresario o empresaria pueda explotar a sus empleados y empleadas. Y más en un momento como este donde ploriferan las necesidades de trabajar y escasean los puestos de trabajo. Y más aún en medios cuasirurales como las ciudades y municipios extremeños donde las probabilidades de creación abundante de empleo son muy remotas.
Por eso aquí en Extremadura, como en otros muchos lugares de España se conocen y se entieden muy bien cómo son "los otros convenios y las otras condiciones laborales", como son los expuestos a continuación:
- Sueldo inferior al que fija la nómina y el convenio legal en vigor.Es injusto considerar a todos los empresarios y empresarias como unos explotadores sin escrúpulos que incurren en permanente delito laboral. Tampoco todos son unos benditos que miran por el bienestar laboral y personal de cada trabajador y trabajadora. Empresarios, comerciantes y productores agroganaderos están sometidos a la presión de los mercados, a la necesidad de salir de la crisis, la necesidad de mantener la mayor liquidez financiera posible, la necesidad de prever cierta seguridad operativa para cada empresa en el próximo ciclo económico.
- Contratos temporales y a tiempo parcial con horas contratadas inferiores a las realmente trabajadas.
- Finalización del contrato al inicio de las vacaciones del trabajador y nuevo contrato a la finalización del periodo de vacaciones.
- Empleos sin contrato.
- Empleos sin contrato como los de atención a las familias, como son el colectivo de empleados y empleadas de hogar y los derivados del cuidado de personas mayores y atención a la dependencia.
- Categoría laboral inferior a la realmente ejercida.
- No reconocimiento de los complementos: trabajo nocturno, peligrosidad, idiomas, antigüedad, etc...
- No se pagan las horas extraordinarias.
- Cambio de empresa para que el contrato no sea convertido en indefinidio.
- Prácticas eternas en las empresas sin un contrato que regularice la situación.
- Altas de autónomo para el desarrollo de trabajos por cuenta ajena.
- Considerar las dietas y desplazamientos como un complemento salarial del trabajador y por tanto mantenerle con el mínimo salario base.
- Empresarios y empresarias en economía sumergida: sin dar de alta la actividad empresarial y a sus empleados y empleadas.
En Extremadura, en 2011, más del 88% de los contratos totales celebrados fueron temporales, o bien eventuales por circunstancias de la producción o bien de obras y servicios. Y más del 43% de los contratos realizados en Extremadura fueron para la agricultura, que tiene además el salario medio más bajo, que ni siquiera llega a los 9.000€ anuales. Salarios que llevan tres años consecutivos de caídas (abaratamientos) y con importantes diferencias remunerativas según sea la edad, sexo y nacionalidad de los trabajadores y las trabajadoras. El salario de los extremeños y extremeñas es más de 4.400€ más bajo de todas las demás comunidades autónomas. Bajo estas condiciones antes expuestas se realizaron más de 478.000 contratos en 2011 en Extremadura. ¡Esta es nuestra realidad! Y sobre ella debe intervenir la reforma laboral.
La necesidad de hacer más competitiva la economía actual provoca que un gran número de pequeñas y medianas empresas cambien el modus operandi en su estrategia de negocio, sobre todo bucando un max-min, es decir, obtener la máxima rentabilidad con el mínimo costo fijo posible. Es ahí donde, en un acertado punto de vista, deben promoverse las tres reformas: la reforma laboral, la reforma fiscal y la reforma financiera. Las tres reformas son las que se le piden al Gobierno y a la concertación entre empresarios y sindicatos.
Es difícil por tanto que creamos que la desprotección laboral y el abaratamiento del despido sirva para crear empleo. No es creíble. En cambio, es más probable que sirva para precarizar aún más las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras y para que despedir arbitrariamente sea más fácil.
En el mundo existen más empleos precarios que empleos de calidad; más empleos en situación de explotación a los trabajadores y trabajadoras que empleos supervisados por convenios que protegen las condiciones laborales y de seguridad de cada puesto de trabajo. Porque en el mundo existen más países donde el mercado de trabajo está desregulado que países donde esté correctamente legislado y vigilado desde las organizaciones sindicales e inspecciones laborales.
Esta reforma laboral sirve, si cabe, para facilitar más aún el despido. Sirve para terminar de sanear las nóminas de aquellas empresas que pudieran necesitarlo o a simple criterio de arbitrariedad abajo el criterio de sus dueños, dueñas y accionistas. Sirve para debilitar aún más la posición de los sindicatos, ya de por sí escasa en el ámbito de la empresa pequeña y mediana empresa privada. Sirve también para que disminuya la escasa capacidad de denuncia de los trabajadores y trabajadoras a las condiciones laborales que deban acometer.
Utilizo para terminar la ironía del periodista Miguel Ángel Aguilar, "estemos tranquilos, de momento no es obligatorio el despido ni los empleados despedidos deben indemnizar a los empresarios".
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