La Sociedad, de víctima a culpable

Toda crisis supone un cambio. Y en ésta vivimos un momento apasionante. No cabe duda de su trascendencia histórica. Tambié es apasionante porque los movimientos tácticos de los diferentes agentes económicos y de poder políticos son espectaculares.


En todo este contexto hay, como es lógico, mucha carga ideológica y mucha visión economicista. Actualmente predominan en toda Europa y por tanto en España las propuestas y soluciones que culpan a los ciudadanos y cuidadanas de los efectos de la crisis y la necesidad de efectuar una redimensión de la sociedad del bienestar:

- La sanidad se colapsa porque la gente abusa.
- El paro no baja porque la gente no quiere trabajar y prefiere quedarse en casa cobrando subsidios.
- La educación no tiene calidad porque los padres pasan de los hijos;
- Los maestros no quieren impartir más horas.
- La dependencia resulta insostenible porque hay mucha gente que se apunta al fraude.
- Los funcionarios se han convertido en un problema porque son gente que tiene muchos privilegios y poco trabajo.

Por tanto, basándose en una carga de legitimidad que estas acusaciones comportan, la perspectiva que se propone es la siguiente: No se recortan derechos sociales sino privilegios.

Y por si fuera poco, en esta fase de desmantelamiento del Estado, hay que recordar que a los gobiernos no se les puede ir con problemas: O se les va con soluciones, o no se le va.