Interesante encuentro el que propuso Le Monde del que se ha hecho eco La Vanguardia y que en tercer nivel de difusión traigo muy resumidamente aquí.
Fuente La Vanguardia
Dos pensadores, Peter Sloterdijk -el “enfant terrible” de la filosofía crítica alemana- y Slovoj Zizek –que integra lacanianismo y critica marxiana a las ideologías.
Reflexionar más allá de la crisis financiera, sobre la crisis de occidente.
“La crisis de la civilización es la siguiente: hemos entrado en una época en que la capacidad de crédito es más y más segura, porque hoy damos préstamos para rembolsar otros préstamos. En otras palabras, el “crédito” ha entrado en su crisis final. Hemos acumulado tal cantidad de deuda que la promesa de devolución sobre el mundo que hemos construido no puede ser considerada seriamente”. Y, como muestra, Sloterdijk añade “pregunte a un estadounidense como piensa que el gobierno va a devolver la deuda, su respuesta es “nadie lo sabe”, y creo que este no saber es el núcleo de la crisis”.
La responsabilidad de preservar lo que tenemos, en el futuro, no nos lleva a renunciar a los valores de la modernidad, sino a va a redefinir el significado de la civilización occidental. El futuro no es un concepto abstracto, como tampoco lo es el clima. Nicholas Stern cuantificó el valor del clima (podría suponer una pérdida del 20% del PIB). La economía incluye preferencias y valores éticos. La ética analítica platea no aplicar el tipo de interés que ofrecen los mercados para valorar el clima futuro.
¿Qué ocurre cuando el futuro deja de tener valor? Tras la crisis financiera las generaciones futuras no sólo van a heredar astronómicas deudas, van a sufrir la exclusión que supone un reparto desigual de oportunidades futuras: la capacidad para satisfacer sus necesidades, en sentido de supervivencia, se van a ver siriamente afectadas. Un escenario inaceptable, ya sea por justicia entre generaciones o por nuestros valores culturales, políticos y ético.
¿Los mercados financieros van a invertir en cambio climático? Los mercados financieros, en lugar de invertir para reducir emisiones, innovación tecnológica, invierten en productos financieros. Contratan, por ejemplo, un seguro el clima. Como lo oyen.
La unión monetaria aporrea la puerta para avanzar en la unión política. La política europea ha sido llevada hasta ahora por las élites políticas, falta una amplia participación democrática. Hasta que ésta no se dé las respuestas serán a la crisis serán parciales. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento no puede dar más de si. La integración económica ni la puede traer, inevitablemente -como se pensaba el euro, ni una decisión tras bambalinas élites políticas. Requiere de participación democrática, al ser un acto profundamente político. Esta restricción de la participación generará recelos, ver Europa como parte del problema. Se requiere de apertura mutua de las opiniones públicas nacionales, medios de comunicación capaces de abrir ofrecer una mirada europea a las controversias políticas. Mostrar que Europa es algo más que un mercado construido sobre un banco que sólo es capaz de ofrecer estabilidad a la moneda mientras la economía se hunde.
Fuente La Vanguardia
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