Celebro la navidad con sentimiendo agridulce, echando en falta a los que no están, junto a los entrañablemente queridos; haciendo resumen del año y deseando lo mejor para el próximo año; siempre con la sensibilidad a flor de piel.
En lo personal, 2011 ha sido año de bendiciones y parabienes, pese a la complejidad, tengo razones para sentirme agradecido y satisfecho. Y me hubiera gustado que todos y todas los que estáis a mi alrededor hubieran tenido lo mismo o incluso más que yo. Pero no ha sido así. Mi deseo es que el año próximo sí podamos celebrar el esfuerzo y el bienestar todos juntos.
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