Aproximadamente un millar de ciudadanos de distintos países subsaharianos acometió la enésima avalancha contra la valla fronteriza entre Marruecos y Melilla, de los que aproximadamente medio millar consiguió rebasarla y encauzar su marcha hasta el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. La ciudadanía española percibe estupefacta las embestidas de estas hordas humanas de inmigración ilegal. ¿Es usted de los que se horroriza por la forma contundente, incluso violenta, de propiciar la entrada en territorio español, o por el contrario, es usted de los que se fija en el aspecto maltrecho, en las heridas sufridas durante el salto de la valla, en los rostros de pánico de quienes han conseguido llegar a recibir la asistencia humanitaria que se les ofrece en territorio español?
¿Qué le preocupa más, que estas avalanchas vuelvan a repetirse o en cambio le preocupa que estas personas reciban, aquí en España, la debida atención jurídica conforme al derecho internacional humanitario? ¿Es usted de los que siente miedo por tan masiva entrada irregular en España o de los que se pregunta qué está pasando en países como Camerún, Costa de Marfil, Mali, Nigeria o Senegal para que sus ciudadanos decidan poner en riesgo sus vidas de ese modo? ¿Es de los que piensa que es un problema español, o que además debe afectar a la Unión Europea, o de los que piensa que es un problema de Marruecos?
En definitiva, si usted pudiera elegir, ¿qué haría: formar junto a Guardia Civil, Policía y Militares para impedir que entrasen, o por el contrario ayudar a Cruz Roja a curar las heridas, dar alimento y tratar de conocer la procedencia y las causas por las que han llegado hasta aquí?
Sabemos que las respuestas son complejas, que no hay blancos ni negros, que no se trata de elegir una opción descartando la otra sino que, como posiblemente usted piense, en la suma de muchas acciones coordinadas entre sí.
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