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martes, 4 de junio de 2013

Salud mental y la crisis que vivimos

Los trastornos mentales en su conjunto son la causa más frecuente de carga de la enfermedad en Europa, por delante de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. La pérdida de calidad de vida es superior a la que producen enfermedades crónicas como la artritis, la diabetes o las enfermedades cardíacas y respiratorias. 

La esquizofrenia es, en algunos casos, un trastorno mental grave y crónico, con un impacto sobre la funcionalidad y la calidad de vida de las personas que la padecen y quienes conviven con ellos. Se estima que un porcentaje de las personas con esquizofrenia vive o mantiene relaciones regulares con su familia de origen, y depende de ellos tanto económica como emocionalmente, así como para los aspectos básicos de la vida, como el alojamiento, la alimentación o los cuidados. 

 En los últimos años se ha puesto de manifiesto que los nuevos tratamientos aumentan el cumplimiento por parte del paciente. 

¿Cómo se puede combatir contra el estigma y la discriminación en la salud mental? 

La concienciación social es uno de los factores que los expertos consideran clave a la hora de reducir o incluso terminar con el estigma de esta patología. 

Y es que, si queremos reducir el estigma y la discriminación existente contra las personas que padecen esquizofrenia es necesario cambiar la actitud de la población general frente a estos enfermos mediante la educación y programas de divulgación, mejorar los tratamientos psicofarmacológicos, cambiar políticas y leyes para disminuir la discriminación, e incrementar la protección legal de los enfermos mentales. 

Los recursos y la atención que se han destinado a la salud mental en España están todavía lejos de lo deseado. 

Los momentos iniciales de la recesión mostraban un descenso de la satisfacción con el nivel de vida que se traducía en un incremento de los cuadros de ansiedad, depresión o estrés. En esta línea, se estudia incluso la relación entre recursos y salud mental: el riesgo de sufrir una enfermedad mental se incrementa con el aumento de las deudas. 

Estas realidades de dificultad se han vinculado también frecuentemente a las tasas de muerte por suicidio donde se ha constatado un aumento en el período de crisis, especialmente en países con grandes dificultades económicas. Entre 2007 y 2009 la tasa de suicidio en hombres se ha incrementado más del 24% en Grecia y más del 16% en Irlanda. En el caso de Italia, el incremento de suicidios motivados por dificultades económicas entre 2005 y 2010 es del 52%. Este hecho manifiesta la extrema desesperación asociada a la crisis.

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