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viernes, 14 de enero de 2011

Y los votos serán para...

Se avecinan con fuerza las elecciones municipales, y queramos o no, los prismas de la realidad se distorsionan en función del discurso de cada político y candidato. Y es que dicen que los políticos prestan más atención a la realidad social si sacan alguna conclusión en términos de votos, ya sea a su favor o en contra de otros. Esta interpretación tan simplista es la que permite determinar los votantes, los indecisos, los abtensionistas... pero a su vez  es electoralmente rentable es la que desencadena promesas incumplibles, discursos mediocres, acusaciones a los opositores...


El Catedrático de Sociología Antonio Izquierdo, escribía hace unos días para Público sobre "Los empujados al extrarradio y la participación electoral", y entre otras interesantes afirmaciones destaco que "conforme crece la desigualdad social las ganas de votar menguan, y cuando se pasa verdadera necesidad llegan a desaparecer"..., desde hace un año, la sociedad española se está partiendo en dos como consecuencia de la crisis. Una mitad apenas la nota, mientras que en la otra se sitúan los que la sienten y los que la padecen... En este escenario, los desposeídos se están quedando sin representación política y fuera de sitio.

Eso es lo que ha encontrado un estudio de la Fundación Foessa que bucea en los primeros destrozos sociales que ha provocado el crack financiero... Revela que una mitad más bien escasa (46%) de la sociedad no siente ni padece la crisis... No la padece, porque esa media España sigue integrada en la órbita cultural del trabajo estable y del consumo.

El resto de la población se halla dividido en dos mitades. Aquellos que bordean la frontera del desempleo y los empujados a los extrarradios. Los que están en situación de riesgo se tapan principalmente con la familia, pero los excluidos severos ni siquiera acceden a los servicios sociales. Los primeros ajustan sus gastos y confían en que la situación no se prolongue. En cambio, los desposeídos sufren privaciones básicas y se encuentran aplastados por las deudas y el desamparo. Unos compran más barato en los supermercados, mientras que los desahuciados se refugian en los comedores solidarios. En el extrarradio, que está creciendo, dominan los españoles, pero sobresalen la población extranjera y la minoría gitana.

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