Son de sobra conocidas las formas de corregir las desigualdades socioeconómicas existentes en Extremadura en la actualidad, y se tiene conocimiento bastante aproximado sobre quiénes deben ser los ciudadanos destinatarios y en qué orden de prioridades. El paro sostenido, la temporalidad y estacionalidad del empleo, el aumento del número de personas desempleadas de larga duración y el incremento del número de hogares con todos sus miembros en paro; son las tres causas principales por las que la Junta de Extremadura toma la iniciativa de impulsar, junto con las dos Diputaciones Provinciales, el Plan de Empleo Social. Al mismo tiempo se impulsa un sistema de ayudas denominada de mínimos vitales.
Recapitulo, solo indicados, los factores que principalmente generan pobreza en las familias y personas son: la composición y número de miembros que forman la unidad familiar, su nivel formativo y cuántos de ellos en edad de trabajar están en situación de ocupados y activos; la salud de los miembros de la unidad familiar y la existencia o no de sistemas de protección y redes de apoyo familiar. Para contrarrestarlos, del mismo modo, se conocen que las iniciativas de gobierno y acción políticas que corrigen las desigualdades son las dirigidas a la infancia y a las familias; el sistema de protección e ingresos económicos; el sistema de formación y empleo; y los sistemas de inspección y prevención de fraudes.
En los últimos años, Extremadura ha introducido la Renta Básica Extremeña de Inserción, último sistema de protección para personas y familias sin recursos, que como mínimo y necesariamente deberá ser de convocatoria abierta y más ágil en su resolución y concesión. Ahora las ayudas de urgente necesidad (mínimos vitales) que, igualmente, deberá ser simplificada en su solicitud y muy ágil en su concesión. El sistema de empleo social es un mecanismo de reenganche al empleo, absolutamente necesario para que las familias sin ingresos y los perceptores de renta básica activos se incorporen al sistema laboral, productivo económico, fiscal y de vuelta al circuito de protección de la Seguridad Social. Desde la perspectiva del trabajador hay factores actitudinales y competenciales que lo recomiendan; y la vuelta a un sistema de cotizaciones es garantía de futuro individual y colectivo.
Este sistema de reenganche no puede ser puntual ni fruto de un acuerdo de gobiernos autonómico y locales. Tiene y debe ser sostenido en el tiempo, a largo plazo, y progresivamente ampliado en su dotación presupuestaria para que, cada vez, haya más miles de empleados reenganchados al sistema.
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