Aumenta el dinamismo laboral. Empresas y trabajadores han comenzado a tomar decisiones de empleo. El proceso comenzó en el primer trimestre de 2013, y ha estado asociado a una salida de los trabajadores de sus empleos para reubicarse en otros, pero con contratos más precarios. Es la principal conclusión del Indicador de Dinamismo Laboral (IDL) elaborado por la Escuela de Negocios IESE a partir de una base de datos de casi 800 empresas medianas y grandes, distribuidas entre 21 sectores de actividad económica.
El mercado de trabajo descrito en este estudio ha pasado por un periodo de estancamiento, desde el 2010 hasta el 2012, en el que tan solo aumentaba la destrucción de empleo. En cambio, coincidiendo con la reforma laboral, desde 2013 el mercado de trabajo comenzó a ser más dinámico, con mayores tasas de entradas y salidas de trabajadores, realizadas a través de un aumento de los contratos de duración determinada.
Esta situación puede llevar a una mejora en la eficiencia de las empresas que permitirá más posibilidades de lograr un puesto de trabajo para quien esté actualmente fuera del mercado laboral, aunque también disminuirían las expectativas de duración de los contratos y por tanto puede convertir la precariedad en la única forma de acceso al mercado laboral.
Según se refleja en el estudio existe una transformación en la política de personal de las empresas que hace que aumente la rotación del personal, y cabe pensar que dicho aumento se debe a la rotación de la parte de la plantilla contratada temporalmente. Esta rotación se puede corresponder con las transformaciones en la relación contractual y que la proporción de plantilla con contratos temporales ha ido en aumento.
Se trata de un aumento del movimiento de trabajadores entre empleo y desempleo, y viceversa, o entre diferentes puestos de trabajo que no son causa de la expansión o la contracción de las empresas. Son movimientos laborales influenciados por la coyuntura económica.
Pero por otro lado, la Encuesta de Población activa del tercer trimestre apunta al descenso en el número de parados y al aumento de la ocupación como puntos más positivos. Por contra, la temporalidad y la caída de la población activa se presentan como puntos más negativos. De estos datos se estima que la recuperación económica se traslada al empleo, es real, aunque todavía débil. Los expertos además indican que habrá introducir nuevas reformas para reactivar el mercado laboral, entre la que destaca la reducción de las cotizaciones sociales que pagan los empresarios.
La Encuesta de Población Activa también aporta datos muy perjudiciales para las personas y la sociedad extremeña. Así conocemos que tan solo uno de cada tres parados percibe prestaciones en Extremadura, es decir, hay más de 90.000 personas sin trabajo que no reciben de ninguna ayuda por su situación laboral. Las mujeres tienen una tasa de protección catorce puntos inferiores a la de los hombres. Y otro dato negativo indica que crece el número de trabajadores que no busca empleo porque piensa que no lo encontrará, aunque por edad y capacidad dichos trabajadores aún están disponibles para un puesto de trabajo. Este 'efecto desánimo', es uno de los causantes del fuerte descenso de la población activa en España y Extremadura en los últimos años, y ha calado sobre todo, entre los mayores de 55 años. Este colectivo es el que más ha incrementado, en términos absolutos, su cifra de desanimados durante los últimos tres años. Y por sexos, los hombres que no buscan empleo han aumentado más que las mujeres en el mismo periodo. Según el INE, los factores que explican el descenso de la población activa en estos años son la disminución de la población en edad laboral; la disminución del número de extranjeros; el incremento del número de jubilados; el aumento de jóvenes menores de 25 años que cursan estudios, y el desánimo de la población.
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