1º de mayo

Celebramos el primero de mayo, fiesta por el Día Internacional de los Trabajadores. Han pasado 128 años, cuando varios obreros de Chicago fueron ejecutados por el Gobierno mientras luchaban por la jornada laboral de 8 horas de trabajo. Corrían tiempos en los que el horario laboral era de 12 y 14 horas diarias, y a las que se sometían tanto varones como mujeres y hasta niños, en unas condiciones precarias y por unos salarios míseros. En nuestro país se conmemora también el aniversario de las manifestaciones legales en democracia.

En Extremadura, el pasado mes de marzo, 351.646 personas estaban afiliadas a la Seguridad Social, y de ellas, 85.509 trabajadores eran empleados públicos (de la administración del estado, de la comunidad autónoma, de las administraciones locales y de la universidad). Además, según los datos aportados por el Servicio Extremeño Público de Empleo, a final del mes de marzo, 149.367 estaban inscritas en las oficinas de empleo. Más de 93mil proceden del sector servicios. Son casi 68mil hombres y algo más de 81mujeres. Más de 110mil apenas tienen el título de la primera etapa de educación secundaria. 20mil de ellos tienen entre 45 y 50 años. En el mes de marzo se realizaron 35499 contratos, de los que 1700 fueron indefinidos. 13mil correspondieron al sector agrícola, lo que nos indica la alta temporalidad y estacionalidad. 

Para muchas extremeñas y extremeños, como es costumbre, se trata de una jornada utilizada para realizar diferentes reivindicaciones laborales y sociales. Para otras en cambio, esta fecha supone un día festivo, no laborable, de asueto y en el mejor de los casos si cae bien, nos sirve para tomarnos unos estupendos días de descanso, seguramente merecidos. 

Esta ambivalencia social presenta dos caras contrapuestas. Por ejemplo, se informa más del buen clima que va a hacer, del intenso tráfico que habrá en las carreteras o de la ocupación turística que se prevé durante el puente. Por otro lado, se informa del escenario laboral en que se celebra este Día del Trabajo. Ya sabemos del interés de algunos grupos de poder en vaciar este día de todo significado social. 

El 1º de mayo de 2014 se celebra en un escenario de importantes reformas que afectan directamente al empleo, persiste la crisis económica que afecta directamente a las familias, de paro y de precariedad laboral, y de debilitamiento de los servicios públicos. Añada que socialmente hay un sentimiento generalizado de crispación, fruto de los recortes impuestos por las políticas de austeridad, que se han venido aplicando durante todos estos años. Los sindicatos mayoritarios han elegido como lema para este 1 de mayo “Más cohesión social para más democracia, sin empleo de calidad no hay recuperación”. 

Razón no les falta. Refleja la alarma, de la que quieren advertir, de que la supuesta recuperación está sólo en el terreno macroeconómico pero no puede esconder el enorme riesgo de exclusión social en el que nos han situado las políticas aplicadas frente a la crisis y la situación de generalización de paro de larga duración, y estacionalidad del empleo y de precariedad laboral en la que se encuentra Extremadura y el reto de España. Aún hay una parte importante de la ciudadanía y una mayoría del poder político que no es consciente de la gravedad del riesgo de exclusión social a la que nos ha traído la política antisocial, que prioriza el mercado de capitales frente a la economía real, promovida desde instancias internacionales y europeas y seguidas al pie de letra desde gobiernos nacionales y autonómicos, y que suponen un peligro para el propio sistema democrático por las desigualdades que produce. Estos son los datos y este es el análisis. Usted decide en conciencia qué opinión y actitud quiere tomar.