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jueves, 28 de noviembre de 2013

¡No cobran!

¿Sabemos cuántas personas acuden a diario a sus trabajos pero, sin embargo, sufren retrasos o sencillamente no cobran sus nóminas?, ¿cuáles son las causas de que esto suceda?, ¿qué consecuencias acarrea?, ¿quién se ocupa de solucionar este problema? 

La Red de Lucha contra la pobreza y la exclusión social de Extremadura hace una advertencia sobre el problema social de miles de trabajadores en la región que, llevando una vida normalizada y acudiendo a diario a sus puestos de trabajo, sin embargo cuando llega final de mes no perciben sus nóminas y acumulan, en centenares de casos, incluso, varios meses sin cobrar sus salarios. Es conocido la existencia de éste problema pero en cambio se desconoce una cifra aproximada de cuántos miles de trabajadores son los afectados. 

Empleados, eso sí, procedentes de todos los sectores de actividad, desde la agricultura, la industria, las empresas de servicios y comercios, empresas y entidades vinculadas con los servicios sociales e incluso, profesionales que prestan sus servicios directamente a la administración. Personas y familias que sufren, en silencio y casi de forma invisible, un problema que les afecta directamente y que las sitúan en situaciones de alta vulnerabilidad e incluso en situación de pobreza severa y exclusión social. 

El problema de trabajar a diario, cada mes, y no cobrar las nóminas no es nuevo, si bien, el impacto de la crisis económica si ha agravado este problema. Cuatro son las causas que lo generan: las empresas y los profesionales facturan mensualmente pero no están ingresando periódicamente por sus facturaciones; en otros casos, un acuciante descenso en la facturación en determinados meses del año ocasiona estos retrasos en el pago de los salarios. Estas dos causas ponen de manifiesto la falta de liquidez de las empresas y de los profesionales que, además, tienen dificultades para acceder a fuentes de financiación a través del crédito para tesorería y gastos corrientes, bien porque las condiciones exigidas por las entidades financieras resulta inviable o bien porque directamente se les niega la póliza de crédito, el descuento de pagarés o el préstamo a corto plazo. Y también hay que considerar el impacto que genera el incremento de la economía sumergida, sin facturas y sin impuestos e incluso con caídas de precios que ponen en peligro a centenares de pequeñas empresas y servicios profesionales legales en Extremadura. 

Las consecuencias directas del retraso en el cobro de las nóminas provoca que las personas asalariadas, o los profesionales y autónomos que no perciben ingresos por los trabajos realizados, se vean arrastrados hasta situaciones límites de alta vulnerabilidad, pobreza y riesgos de exclusión. Varios meses sin cobrar el salario supone agotar los ahorros o recurrir al apoyo de familiares para hacer frente a los pagos, retraso en el pago de las letras de préstamo o las cuotas de hipoteca, y por supuesto tener que hacer verdaderos sacrificios para llegar a fin de mes. Esta situación de vulnerabilidad puede provocar la pérdida de sus trabajos y cese de la actividad: hay trabajadores que se ven forzados a pactar con el empresario la pérdida de sus empleos pero así poder cobrar el paro antes que seguir sufriendo y acumulando retrasos en sus nóminas. 

Hay estimaciones que indican que el problema afecta a una horquilla entre siete y quince mil trabajadores en Extremadura. Pero lamentablemente están solos y desamparados. Ni administración ni sindicatos están poniendo de manifiesto este problema y buscando soluciones adecuadas que pongan fin a este problema.

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