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jueves, 14 de marzo de 2013

Mujeres, ellas están perdiendo

Todavía tenemos la resaca de la decena de actos que se han celebrado en Extremadura con ocasión del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En el haber de todos ellos debemos poner la consideración a favor de la causa de la mujer, independientemente de la mayor o menor incidencia y mayor o menor participación. En el debe, no obstante, una vez más, debemos situar la exigua presencia de hombres en la mayoría de ellos. Y esta es una señal inequívoca de que las desigualdades aún persisten.

Pese a los avances logrados en las últimas décadas a favor de la igualdad de derechos, la crisis financiera, económica y laboral ha castigado de forma desigual a hombres y mujeres. A la importantísima, conocida y difundida diferencia salarial que perjudica a las mujeres respecto de los hombres en el desempeño de un mismo puesto trabajo, hay que sumar otros aspectos no menos importantes sobre los que me voy a referir a continuación. 

El Parlamento Europeo ha constatado estos efectos en un Informe sobre desigualdades de género con resultados chocantes. Según este estudio, los tres primeros criterios para contratar una mujer son el hecho de que tenga o no hijos, el segundo criterio es la disponibilidad horaria y el tercer criterio es la apariencia física. La experiencia profesional de la mujer solo aparece en séptimo lugar de los criterios a tener en cuenta, pero es el primer criterio para contratar a un hombre. 

La crisis también afecta en mayor medida a la mujer respecto de los hombres. El paro, la precariedad laboral y los recortes sociales han castigado más a las mujeres, aumentando la desigualdad y la denominada “brecha de género”. 

Y es que, la crisis financiera y económica actual tiene género, en sus causas y en sus consecuencias. En sus causas porque fue provocada por financieros, hombres en su práctica totalidad. Y es verdad que al comienzo la crisis afectó a la construcción y a la industria, y por tanto fundamentalmente a los hombres. 

Pero en muchos países europeos la segunda oleada de la crisis ha afectado mucho más a las mujeres, porque los recortes en el gasto público se han producido mayoritariamente en sectores económicos donde las mujeres trabajan. Así que muchas mujeres han perdido sus empleos y todas han sufrido los recortes en servicios y ayudas sociales porque son ellas mayoritariamente las que el cuidado de mayores, niños y dependientes. Las políticas de austeridad penalizan de manera doble a las mujeres. 

Con trabajos precarios, mal pagados y a tiempo parcial, en el futuro las mujeres recibirán peores pensiones y estarán en mayor riesgo de pobreza y exclusión social.

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