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martes, 26 de julio de 2011

ERE, el goteo que no cesa

- Tres años de sangría laboral - En el último mes, se han planteado expedientes de empleo que atañen a más de 200 trabajadores - 7.500 extremeños se han quedado sin empleo por EREs desde el año 2008 -

Resti, la emblemática industria jamonera, acaba de aprobar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afecta a 52 trabajadores durante los próximos seis meses. Con anterioridad, Carcesa, un referente agroindustrial con marcas prestigiosas como Apis y Fruco, anunció otro ERE para 94 empleados. Desde marzo, en Monesterio, 111 personas están sin empleo durante un año por dificultades en la mina de níquel. Y la cementera de Alconera, que acaba de ser vendida por el Grupo Gallardo a una multinacional brasileña, desarrollará durante agosto otro ERE temporal ceñido a 43 empleados. Son algunos de los numerosos casos en los que los expedientes de regulación de empleo se han activado en la región, una fórmula administrativa-laboral de fácil uso en tiempos de crisis.

Los datos son demoledores. Desde 2008 hasta el 1 de julio pasado, en Extremadura se han activado 543 EREs que han afectado a 7.535 trabajadores. Esto es, doscientos más que la población entera de Guareña. «Y lo malo es que esto no tiene pinta de parar. Todavía vamos a ver más, seguro. Hay que apoyar proyectos que vengan de lo público y lo privado», señala Miguel Coque, secretario de Formación y Empleo de CC.OO Extremadura.

Los datos parciales de los expedientes de empleo en la comunidad extremeña engloban otra realidad mayor. Ahora mismo hay 51.000 personas más en las listas del paro que las que estaban inscritas en 2007.

Sectores

El aluvión de expedientes de regulación y despidos individuales no ha dejado sectores intocables. El de la construcción ha sido uno de los más señalados. La primera gran criba laboral se produjo en el verano de 2008, cuando la placentina Galco, con empleados también fuera de la comunidad autónoma, anunció la salida de 56 trabajadores que desarrollaban su labor en territorio extremeño.

Otro ejemplo significativo llegó posteriormente con la constructora cacereña Aesa, con un ERE sobre 37 de los 88 empleados. Lo anunció poco antes de la Navidad de ese 2008.

El tejido industrial tampoco se ha librado. Aquí, la incidencia especial se produce en el gigante extremeño, el Grupo Gallardo, que ha concretado un duro ajuste de plantilla. Llegó a contar con 590 trabajadores en la espectacular Siderúrgica Balboa y ahora rozan los 380. El último ERE extintivo lo presentó en diciembre del año pasado, con 63 despidos debido a la mala situación por la que sigue atravesando el mercado del acero. En total, la plantilla se ha reducido en 237 empleados.

«Aquí hemos sufrido los EREs y sus consecuencias posteriores porque en muchos casos no se han pagado las indemnizaciones y las horas extras. Parece que el asunto laboral se ha estabilizado, aunque hay que estar atentos», advierte Juan Méndez, del comité de empresa, quien avanza que, no obstante, la problemática no se ha acabado porque los trabajadores no han podido cerrar con la empresa un nuevo convenio, por lo que está prorrogado desde el 1 de enero.

Méndez atisba una reactivación de las ventas, con la demanda de perfiles y la exportación a países como Canadá. Lo que sigue sin levantar cabeza es el mercado del acero corrugado.

En el sector agroindustrial también han aparecido EREs en suelo extremeño, como el de la tabaquera Cetarsa, que se ha llevado por delante a 120 empleos, de ellos 76 en su planta de Coria. Relacionado con el tabaco ha surgido otra mala noticia. La compañía Altadis cerrará su centro de transformación de tabaco negro ubicado en la localidad cacereña de Palazuelo. La planta, que cuenta con una plantilla de 23 trabajadores, cesará su actividad en diciembre de este año.

Retraso

Hasta organizaciones no gubernamentales se han visto sacudidas por recortes de personal como el sufrido por el centro regional de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear) de Mérida. La consecuencia, nueve trabajadores a la calle. Peor ha sido en Cáritas, donde la falta de fondos ha obligado a reducir servicios y, al final, a contar con menos personal para desarrollarlos. De esta forma, se ha pasado de una plantilla de 50 a 30.

Pero si saber que uno se queda sin empleo por culpa de un ERE es malo, peor es que, sabiendo que vas a ser despedido, tengas que trabajar porque el expediente no se haya firmado todavía por la autoridad competente. Es lo que ocurre con los tres últimos EREs conocidos en la región, los que afectan a las plantillas de Carcesa, Cárnicas Oliventinas y Resti. En el antiguo matadero de Olivenza, los 26 trabajadores llevan sin cobrar un solo euro desde febrero y no van a poder cobrar nada de indemnización, ni tampoco buscar un nuevo trabajo mientras la Junta de Extremadura no lo suscriba formalmente.

El problema estriba en que el nuevo Gobierno extremeño todavía no ha cubierto el puesto de director general de Trabajo, la autoridad autonómica que debe dar vía libre definitiva a los EREs. «Y aunque se nombre en esta semana, como esperamos, igual tiene muchos papeles que ver en su mesa antes del nuestro y seguimos sin soluciones unos meses más», se teme José Manuel González, portavoz de los empleados de Cárnicas Oliventinas.

En Carcesa, mientras, la realidad es también muy incómoda, toda vez que ya se saben, con nombres y apellidos, los 94 trabajadores que están afectados por el expediente de regulación de empleo. Saben que no van a trabajar pero tienen que seguir acudiendo, diariamente, a su puesto en Mérida, Don Benito y Montijo, porque el ERE no es oficial hasta que el nuevo responsable laboral de la Junta lo suscriba.

Altas de autónomos

En medio del deprimente panorama, algo positivo. Según los datos de Upta Extremadura, se ha cerrado el según trimestre del año con un crecimiento en el número de autónomos. Así, en abril se produjeron 1.024 altas y 853 bajas; en mayo, 913 altas y 907 bajas y en junio, el balance es negativo, 950 altas por 958 bajas.
Por tanto, en el conjunto del trimestre, el número de altas ha sido de 169 más que de bajas, el dato más positivo desde finales de 2008. El número de autónomos en Extremadura en total a 30 de junio de 2011 era de 78.261. Upta espera que el comportamiento positivo continúe en los meses de verano «y que la recesión del otoño sea menor que lo que podrían anunciar estas cifras», dice su portavoz regional, Javier Pérez.

No obstante, hay dos circunstancias, a juicio de la organización, que parecen anunciar que podría tratarse de un dato positivo coyuntural, de carácter estacional. Por una parte, que la acumulación de altas en esta primera mitad del año se produce en Baleares (5.928 más) y en Andalucía (3.844 más). De otra, que los datos de crecimiento más positivos se concentran en el sector de la hostelería, con un aumento de 8.888 nuevos autónomos, mientras continúa la bajada en construcción y transporte.

Noticia del periódico HOY

El artículo se amplía con:
- «El ERE es una estrategia para intentar seguir adelante»
- La mayor criba laboral, en la siderurgia
- Bodegas Inviosa se disuelve y 15 empleados se quedan sin trabajo
- «Tras 40 años en la misma empresa me llevo este disgusto»

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