Estudio de la juventud extremeña (II)

El Consejo de la Juventud de Extremadura y POSMER elaboran el “Estudio y Análisis de la pobreza juvenil en Extremadura” para conocer más de cerca la realidad y factores determinantes de dicha situación. Se ha presentado en rueda de prensa el lunes 16 de abril.

La principal actividad del Estudio consiste en la captura de datos, recurriendo a las diferentes fuentes, principalmente Instituto Nacional de Estadística (INE), Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; de Empleo y Seguridad Social, Consejo de la Juventud de España, Instituto de la Juventud. De Extremadura, según sea el objeto específico, Consejería de Hacienda y Administración Pública; de Economía e Infraestructuras, Instituto de Estadística de Extremadura, Consejería de Educación y Empleo, SEXPE (Servicio Extremeño público de Empleo), Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, SES (Servicio Extremeño de Salud), Instituto de la Mujer e Instituto de la Juventud y Consejo de la Juventud de Extremadura. De ámbito municipal hemos capturado datos de las Diputaciones Provinciales de algunos Ayuntamientos.

Los datos obtenidos resultan diferentes según sea su valor: datos absolutos de población joven, datos obtenidos en base a cálculos estadísticos, datos obtenidos en base a muestras convertidos en estimaciones. Sin duda han sido bastante abundantes, pero conforme acercamos la búsqueda a mancomunidades o a algunas características concretas de la población joven, los resultados son más generalistas o van desapareciendo hasta perder por completo la información de qué pasa exactamente con la población joven extremeña.

Si bien por población joven se entiende el segmento entre 15 y 29 años, no todos los datos responden a estos segmentos de edad con lo que resultan difíciles de interpretar para conocer la realidad de la juventud extremeña. Como decimos, el Estudio que hemos realizado ha accedido al panel de datos públicos y publicados que revelen información objetiva cuantitativa y descriptiva acerca de la realidad de los distintos grupos de jóvenes, tanto por sus singularidades como por sus residencias en las distintas mancomunidades. Y aquí es dónde, desagradablemente, han saltado las alertas: La esperada profusión de datos públicos no es tal. Lo peor, que siendo posible obtenerlos parece que no es de interés tratarlos de forma específica. No hay estudios que realmente tengan en cuenta la participación y la opinión de los jóvenes respecto de su realidad y su futuro. No existen datos acerca de lo que los jóvenes hacen, crean y producen como aportación a Extremadura, en términos económicos y de desarrollo humano.

Debemos situarnos también en un contexto social e histórico, teniendo en cuenta algunas consideraciones previas y características que afectan a Extremadura como son, Territorio y Población: pérdida de población, baja densidad de población, amplitud y dispersión geográfica, carácter migratorio; Actividad Económica: de más a menor predominio por sectores: servicios, agricultura, construcción; industria); Desarrollo de Infraestructuras; Tasas de Actividad y Empleo; Políticas de Impulso. Suponen en conjunto diferentes dinámicas poblacionales, sociales y económicas que condicionan el desarrollo de las Mancomunidades.

Más concretamente, las relacionadas con la juventud se destacan el Alto abandono escolar, bajo nivel formativo, dificultad de acceder al primer empleo, precarización laboral, bajos salarios, desprotección social, retraso en la emancipación, emigración.

Pero no cabe duda que para que Extremadura conserve siquiera su desarrollo territorial, social y económico, necesita a sus jóvenes.

Entendemos que hay que buscar soluciones y no solamente mostrar problemas, de ahí que la propuesta para indagar es conocer cómo es esa parte de juventud normalizada en la igualdad e incluida socialmente y saber de qué se nutre para serlo; para también imaginar qué necesita aquella que lo tiene más difícil para que sea posible conseguirlo.

Ahora bien, nos podemos encontrar que los factores de normalización de los jóvenes radiquen solamente en el lugar de residencia (determinantes de accesibilidad a los sistemas y oportunidades futuras), nivel formativo, empleo y capacidad económica de la familia (determinantes de apoyos familiares). Y, si esto es así, ¿qué pasa entonces con quien no tiene esos determinantes privados que lo posicionan con más ventajas y oportunidades? ¿qué futuro les depara? ¿quién los atiende?. Estas preguntas no son retóricas si tenemos en cuenta los estragos devastadores sobre las familias extremeñas de las crisis sucedidas desde 2008. Por tanto, ¿qué políticas de impulso deben llevarse a cabo para favorecer a los jóvenes?

El Estudio muestra una realidad de la juventud extremeña afectada por múltiples situaciones de precariedad y falta de oportunidades, una considerable mayoría en situación de exclusión social, extensa y crónica, que puede parecer proclive a que una buena parte de ella no tenga futuro viviendo en la región. Del mismo modo sorprende que se considere natural algunas caracterizaciones de la juventud actual por el mero hecho de ser una tendencia sostenida en las últimas décadas, como el retraso en la edad de emancipación, la ausencia de un empleo estable, la continua movilidad geográfica, la conformación de familias con baja natalidad. Estas son causas derivadas de la estructura económica, o lo que es lo mismo, donde lo que prima es el desarrollo económico y no el desarrollo humano. El riesgo que conlleva esta formulación es que Extremadura, en relación a otras Comunidades, tiene realmente muy difícil, potencialidades y capacidad de competir para resolver sus déficits de partida. Tampoco parece, en esa lógica economicista, que Extremadura tenga esperanzas ciertas de que la solución venga de fuera. En este sentido, más acertada e inteligente nos parece la propuesta del Consejo de la Juventud que hace la llamada y reivindica la Juventud Necesaria en Extremadura.