Ya se han cumplido las primeras semanas de las vacaciones escolares de nuestros hijos e hijas. ¿Cómo llevas la conciliación entre el trabajo y la familia? Seguramente hayas tenido que hacer modificaciones y ajustes en los horarios, o quizá hayas tenido que recurrir a algún familiar para que se ocupe de los más pequeños mientras trabajas.
¿Y cómo llevas la conciliación entre el tiempo dedicado a los menores y el tiempo dedicado a las cosas de los adultos? Es de agradecer tenerlos junto a ti casi todas las horas del día durante sus vacaciones y disfrutar de ellos y ellas, aunque también, tienes razón, hay que descansar un poco del mundo de los niños para poder disfrutar de un tiempo a solas, al descanso, a no hacer nada, o simplemente a departir con tus propios amigos.
Si los adultos hacemos balance, en la mayoría de las decisiones que tomamos cotidianamente, éstas vienen condicionadas por tener niños y niñas en la familia y de tener que ocuparnos de ellos y ellas. Así distribuimos los espacios del hogar, también repartimos los horarios de las tareas, decidimos el vehículo que tenemos, decidimos el lugar elegido para las vacaciones, como también los alimentos que compramos, por supuesto el presupuesto de gastos familiar, y así con todas las cosas materiales e inmateriales sobre las que debemos decidir.
Pero, permíteme hacer una pregunta sobre todas esas decisiones cotidianas que tomas y que están condicionadas por tener hijos a tu cargo. ¿En cuántas de esas decisiones participan, opinan y pueden decidir tus hijos?
En el Año Europeo de la Ciudadanía, las instituciones europeas que se ocupan de los asuntos relacionados con la infancia y la adolescencia también se han hecho esa pregunta. En las decisiones de las familias, en las decisiones de los ayuntamientos y los gobiernos regionales y nacionales, en las decisiones referidas a la educación, o en las decisiones que tienen que ver con el ocio, el deporte y el tiempo libre… ¿en cuántas de todas esas decisiones participan, opinan y pueden decidir los niños y niñas y los adolescentes?
Desde hace más de un cuarto de siglo, la participación de la infancia y la adolescencia en la toma de decisiones que les afectan, es una de las referencias y uno de los indicadores del desarrollo humano existente en una sociedad determinada.
En los niveles más bajos de desarrollo social se encuentran aquellos países y regiones donde no se respetan los derechos de la infancia, donde éstos se ven privados de la debida alimentación, la atención sanitaria, el acceso a la educación, y donde se ven obligados al trabajo infantil y esclavizado. En los niveles más altos están aquellos países que promueven desde la infancia la cultura de la participación vinculada a la capacidad de tomar decisiones que afectan a las personas y a la sociedad (y no solamente las relacionadas con las apetencias y el consumo mercantil).
En España y en Extremadura, aún nos queda mucho que trabajar en la participación de la infancia. Mientras tanto, disfruten de sus hijos e hijas estas vacaciones.
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