Emergencia social y económica

La ironía de esta viñeta de El Roto acentúa donde está el punto de mira de nuestros gobernantes actuales: del lado del capitalismo salvaje e incontrolado mientras que a la empobrecida sociedad la engaña a pura estadística.

El botón de muestra ha sido la última cifra de empleo-paro.


La paupérrima disminución del desempleo registrado en Extremadura en el mes de abril es la respuesta evidente del deterioro del sistema económico-social durante este 2012: La destrucción de empleo continúa a un ritmo lacerante alcanzando cifras mayores aún que en los años precedentes. No sólo se destruyen empleos, sino que además los puestos de trabajo desaparecen.

La población vulnerable en situación de desempleo, empobrecimiento y exclusión supera ampliamente el 42% del total de los extremeños. Prácticamente la mitad está viviendo al límite de la resistencia posible. Consecuencia de ello la recesión económica en términos globales, descenso pronunciado del consumo familiar y prácticamente ninguna perspectiva de crecimiento.

Así las cosas, la pregunta es: ¿por qué no se declara el estado de emergencia social y económica? Desde esta perspectiva se podría promover dos acciones que redundan en un claro benefecio social. Por un lado, salvar a quienes peor lo están pasando, mediante el establecimiento de una renta básica que permita cubrir lo esencial y básico de aquellas personas y familias que no perciben ningún ingreso. La segunda, promover un plan de empleo comunitario que garantice que ningún extremeño desempleado y sin ingresos pase más de quince meses esperando obtener un contrato devuelve la estima al trabajador.

Confío que desde la izquierda del parlamento extremeño y con la anuencia de los sindicatos mayoritarios, adelanten al PP con la declaración de emergencia social y económica. La recuperación económica y del empleo en Extremadura no ha venido ni vendrá de la mano de capital inversor venido de fuera.