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jueves, 5 de mayo de 2011

Queremos que te olvides de ellos. Ya han dejado de ser noticia para ti.

Ha sido notorio que ni en Libia ni en Japón hemos visto imágenes de víctimas humanas, ni heridas ni cadáveres. El código antimorbo periodístico parece que, por estas veces, ha funcionado. Esta es una evolución del 11-S, y del 11-M. Aunque las víctimas se cuenten por miles, no han llegado hasta nuestros ojos.

Siento la necesidad de deconstruir el sistema de valores con el que se ha construido la Sociedad en que vivo y de las otras Sociedades que me influyen. No llego hasta el punto (a veces irracional y violento) de sublevarme contra él, antisistema, pero sí hasta el nivel de tomar consciencia de lo que es denunciable, rechazable e inadmisible en todos los aspectos humanos, legales, sociales, económicos, ambientales. Y en el mismo orden, poner mi conocimiento, mi tiempo, mi esfuerzo y mis recursos a favor de un orden alternativo más solidario, justo y equilibrado en lo social y con el medio ambiente.

Lo peor que le puede suceder a las víctimas de una catástrofe natural o a una guerra es que deje de ser noticia y los ojos del mundo aparten la vista de ella. Lógicamente hablamos de lo peor desde el punto de vista informativo, que es con el que el resto de las personas tomamos consciencia de la magnitud de la tragedia y de la calamidad que acarrea a las víctimas que la padecen con secuelas que afectarán al resto de sus vidas. Haití dejo de ser noticia cuando quebró la tierra en Chile. Y Chile dejó de serlo cuando se inundó Australia, y de ésta cesó la información cuando tembló la tierra de nuevo, pero en Japón. Si sumamos las vítcimas de las catástrofes, equivalen a una población similar a Sevilla y su área metropolitana.


Otro aspecto que me llama la atención es que los conflictos bélicos y las catástrofes se solapan. Es como si las páginas de un periódico o los minutos de radio o tv estuviesen contados para este tipo de noticias. Libia fue sustituido por Japón, y éste por Costa de Marfil... Pareciera como si los medios de comunicación influenciados por sus jefes y estos a su vez por los dueños del mundo (ahora les llamamos los mercados financieros) lanzaran este mensaje sobre cada desastre natural o guerra que es solapado y oculto por otro nuevo: "Queremos que te olvides de ellos. Ya han dejado de existir para ti". Y así los convertimos en castástrofes y conflictos olvidados del mundo, para vergüenza constante de la humanidad, de las personas, representadas a través de sus gobernantes y dirigentes).

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