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viernes, 25 de febrero de 2011

Irlanda, el Tigre Celta

La irlandesa era una economía desequilibrada, de emigración histórica, pobre, pero desde mediados de los años noventa se trastocó toda la realidad del país.... ¿Qué hizo que una economía que en los 80 se hallaba en la ruina y que generaba masas de emigrantes se convirtiese en una máquina de generar PIB?

El cambio arranca en 1987. El gobierno surgido de las elecciones acometió una triple política: recortó drásticamente el gasto público, promovió la competencia en numerosos sectores y solicitó permiso a la Comisión Europea para reducir el impuesto sobre los beneficios empresariales, de modo que, si en 1993 la tasa del impuesto estaba situada en el 40%, a partir de 1997 se situó en una tasa comprendida entre el 10,0% y el 12,5%.


Las consecuencias de estas políticas no se hicieron esperar. A partir de 1987 la inversión exterior, en gran medida estadounidense, comenzó a llegar a Irlanda, y se aceleró desde 1997. Irlanda, con menos de 4,5 millones de habitantes y con ansias de progreso, atrajo 88mil millones de dólares de inversión exterior, casi como Italia, con una población trece veces superior; inversión orientada a la fabricación de bienes y a la elaboración de servicios dirigidos a la exportación. Esto, junto con un gasto público que se mantuvo reducido y el impacto que supusieron las transferencias de los fondos europeos, aceleró el mercado inmobiliario – 16% del PIB y 12% del empleo -. El Tigre Celta se puso en marcha, comenzó a traer emigración y a ejercer un efecto retorno para irlandesas e irlandeses emigrados en años anteriores. De ensueño, ¿no?

¿Se correspondía ese PIB per cápita con lo que se veía en las calles de las localidades y en las carreteras del país?, ¿se correspondía con lo que se percibía hablando con las gentes de la república? La respuesta fue un no rotundo; rotundo y sin matices.

El Estado de Irlanda gasta muy poco en su población, sobre todo por cuestiones políticas, pero también porque el nivel de ingresos públicos tampoco se corresponde con el PIB pc del país. ¿Dónde está ese PIB pc tan espectacular que la población irlandesa, según las estadísticas, ha alcanzado? La explicación es simple: ese PIB ni es tan elevado nen relación con lo que llega a la población, ni llega tanto como el guarismo indica. El truco de Irlanda está en el origen de ese PIB; la reducción de impuestos y el bajo gasto público, y la concentración de la generación de la mayor parte de ese PIB en unos lugares muy concretos, que en gran parte se hallan próximos a Dublín.

La distribución y la manifestación de ese PIB no casa con el estándar de vida de los irlandeses. Es conocido que en el país se ha producido un boom en la construcción muy similar al habido en España. La renta ha crecido, pero sobre todo ha aumentado la capacidad de endeudamiento de la población. Al irlandés medio le gusta las casas grandes porque son símbolo de bienestar. Como, desde hace unos quince años, la renta y la capacidad de endeudamiento ha ido aumentando, la familia irlandesa media se ha lanzado a la compra masiva de viviendas 'más grandes' y mejores; pero, para adquirir una casa, la mayoría de los compradores han de vender la que tienen.

En el verano de 2007 resultaba archicomplicado vender una casa. (¿Les suena?) Me comentaron que había familias que estaban pasándolo verdaderamente mal; ahogadas por las deudas hipotecarias que arrastraban, y achacaban sus males al alza de los tipos de interés. (¿Sigue sonándoles?)

Otro elemento que explica el avance económico que ha experimentado Irlanda en estos años son los fondos comunitarios; si bien cabe preguntarse si han sido bien empleados.

La conclusión es que Irlanda, más que el “Tigre Celta” ha sido la “China de Europa”. A Irlanda le permitieron bajar los impuestos sobre los beneficios porque a todo el mundo le convino, lo que generó PIB; pero la población de verdad, es decir, no virtualmente, no se ha beneficiado en especial ni – lo que es más importante – estructuralmente de ese incremento del PIB. La renta de la población ha crecido fundamentalmente porque partía de una posición atrasadísima, y la capacidad de endeudamiento aumentó porque alguien lo alentó.

¿Qué conclusiones pueden sacarse de un país que ostenta el segundo PIB pc de la UE mientras que el 20% de la población está sumida en la pobreza? (España tiene idéntica tasa).

Irlanda es ejemplo del bluff que ha ido generándose a lo largo de estos años, un bluff inevitable, que comienza en 1991 y se acelera en 2003, a partir del hundimiento de los tipos de interés; la última reacción, la última oportunidad de un sistema que empezó a agotarse en 1973 y que hoy afronta su penúltima crisis sistémica. Un bluff cuya última vuelta de tuerca ha sido el hiperconsumo, el hiperendeudamiento y el recurso al sector servicios como panacea para emplear a una población activa paulatinamente menos necesaria; y todo ello con la especulación financiera como combustible y lubricante del sistema.

Brian Lenihan, ministro de Finanzas anunciaba el 9 de abril de 2009: “Afrontamos un serio declive en los estándares nacionales de calidad de vida”.

* Un texto extraído del libro “El crash del 2010” de Santiago Niño-Becerra, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull.

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