Es de vergüenza la gestión que están haciendo desde hace tres años los gobiernos europeos, nuestros gobernantes, sobre protección de los derechos humanos, las crisis humanitarias, la acogida de desplazados y refugiados.
La gestión europea de acogida a refugiados aporta un balance con resultados negativos se mire por donde se mire: incumplimiento de los tratados internacionales y de la carta de derechos de la Unión Europea, política de fronteras cerradas que acrecientan la crisis humanitaria, no ya en zonas de conflictos o hambrunas, sino en la mismísima frontera europea. Sume la ineficiente y dudosa gestión de campos de refugiados en terceros países donde se constatan déficit de protección humanitaria y garantía de derechos humanos. Mire al Mediterráneo, con, miles de náufragos y muertos. Piense en mensajes con evidencias de falsedad y ciertos acentos islamófobos que pretenden acrecentar el miedo en la ciudadanía europea. Recuerde las aparentes soluciones que se demoran en el tiempo infinito...
Miles de municipios europeos, muchos extremeños, decenas de gobiernos regionales y autonómicos, entre ellos la Junta de Extremadura, han gestionado la sensibilidad ciudadana, creyeron en los valores europeos que nos unen, donde la dignidad humana está por encima de cualquier otra acción. Esa sociedad, esos municipios y gobiernos crearon o acondicionaron espacios para la acogida e integración de refugiados. Y siguen esperando que lleguen, avergonzando a los indignos mandatarios nacionales que siguen mirando para otro lado.
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