La generosidad de sus Señorías

El Presidente del Parlamento de Extremadura destacó ayer ante los medios de comunicación "el esfuerzo de cada parlamentario" para arrimar el hombro por los extremeños. Y es que, los diputados y diputadas destinarán a beneficencia su rebaja salarial de 200 euros cada mes.


Dada la situación que estamos viviendo, cualquier ciudadano y ciudadana de Extremadura y cualquier organización que trabaja la acción social a favor de los más vulnerables y desfavorecidos socialmente podría felicitarles por tan buena iniciativa y tanta generosidad. Como diría el Presidente del Parlamento de Extremadura, "es el momento de las ideas y no de las ideologías" que tanto le gusta repetir adonde quiera que va. Pero tal decisión solapa actitudes que dejan mucho que desear. Trataré de explicarme de manera responsable:

Por ejemplo, los empleados y empleadas públicos de Extremadura se sentirán sin duda satisfechos porque sus Señorías también ven recortados sus sueldos. Si bien, los primeros no pueden elegir el destino de sus "recortes" salariales. Hace bien el sindicato CC.OO recordando a sus generosas Señorías la "contradicción evidente" por la que se "recorta financiación estable en grandes cantidades" a instituciones y asociaciones benéficas y se quiera "compensar con una limosna puntual y de mucha menor cuantía". De hecho, denuncia que estas aportaciones supondrán 144.000 euros anuales, cuando en los presupuestos de la Junta figura un recorte de 2,4 millones en el capítulo de inclusión social (ayudas para personas en riesgo de exclusión social, comedores sociales, personas con discapacidad, etcétera). Es decir, afirma que mientras se recorta un euro de financiación estable, se reparte de manera ocasional 3 céntimos.

Se supone que las entidades no luicrativas de acción social debieran estar muy contentas pues les generará nuevos ingresos que contribuyan a atender a quienes más lo necesitan. Pero, ¿puede cualquier entidad acceder y solicitar dicha ayuda de manera transparente, objetiva y mediante acceso universal público? No, esa opción sencillamente no existe. Son sus graciosas Señorías las que deciden a quién y cuándo harán el donativo solidario. El prejuicio está creado, más cuando, actualmente, la mayoría de las entidades sociales están atravesando una situación que se vuelve insostenible en la medida que van acumulando retrasos en el pago de los convenios, subvenciones y servicios concertados con la Junta de Extremadura, con los consecuentes retrasos en el abono de las nóminas y seguros sociales y en los pagos a los proveddores.

¿Qué hubiera sido lo deseable en esta decisión? Que la Mesa de la Asamblea aprobase un recorte del 5% de sus salarios devolviendo íntegramente ese importe a la Hacienda pública de Extremadura, como forma de minoración del gasto público. Punto y final. Porque todo lo demás, es en definitiva, que la clase política vuelve a decidir con actitudes populistas, maniqueustas y arbitrarias, bajo la falsa apariencia de comprensión solidaria, en vez de legislar consecuentemente a favor de los más débiles de nuestra sociedad, defendiendo el sistema público y el estado de bienestar.