En los últimos días la llegada masiva de los refugiados a las fronteras de la Unión Europea (espacio Schengen) ha tenido tal repercusión mediática que pareciera que estaban timbrando en las puertas de la mismísima sede de la Unión en Bruselas o de los palacios de los primeros ministros, y una vez más la bochornosa respuesta de la política exterior europea que reacciona cuando se siente realmente amenazada. El conflicto sirio no es nuevo, va camino del lustro, y no han hecho nada para atajar las causas. Ahora las consecuencias se tornan en millones de desplazados y centenares de miles pretendiendo llegar a Europa. La reacción en Extremadura, tanto institucional como ciudadana ha sido favorable, una vez más, a la acogida de los refugiados que vengan.